NUEVOS MUNDOS
De las músicas indígenas al Códice Trujillo
RAICES
Jalecuma / Canto de amor. Guajivo (Colombia)
AMÉRICA MESTIZA
De nepa tepatzin / Aparición de la Virgen al indio Juan Diego (México). Siglo XIX
In ilhuicac / Plegaria a la Virgen, lengua nahutl (México). Siglo XVI
INFLUENCIAS EUROPEAS
Ay linda amiga / Tradicional Cantabria
Convidando está la noche / Guaracha / Juan García Zéspedes. Siglo XVII
De una virgen hermosa / Lope de Vega. Música de Juan de Dios Torres (Catedral de Bogotá)
Hoy nace una clara estrella / Anónimo. Archivo musical de la catedral de Bogotá
CÓDICE TRUJILLO
Baile de danzantes / Códice Trujillo del Perú. Martínez Compañón. Siglo XVIII.
Tonada El Diamante / Códice Trujillo
Tonada el huicho de Chachapoyas / Códice Trujillo
Tonada el palomo del pueblo / Códice Trujillo
Tonada el tupamaro de Caxamarca / Códice Trujillo
Tonada el Congo / Códice Trujillo
FINAL
Contradanza la Libertadora / Anónimo. Bogotá
Chacona / Juan Arañés. Siglo XVII
Francisco Orozco / Canto, laúdes, vihuelas y dirección musical
José Manuel Vaquero / Organetto y zanfona
Vicente Parrilla / Flautas
Johanna Rose / Violas
Álvaro Garrido / Percusión
El conjunto Música Prima nos propone con el programa del presente concierto un fascinante viaje musical por el variado panorama de una América multiétnica, multilingue y multicultural, un viaje por diversos Mundos Humanos.
Nuevos Mundos, donde la llamada música antigua se presenta a nosotros en este siglo XXI como una música nueva, un mundo nuevo de sonidos impregnados de recuerdos y aromas tan diversos como el de las especias.
Música Prima, primera, o primordial, olvidada o ignorada a través de la cual tal vez lleguemos a identificarnos con alguna raíz que creíamos perdida…
El concierto comienza con un canto de la tradición oral de los guahibos de la Orinoquia colom-biana, como una invitación a la evocación de la naturaleza original. Este canto me lo enseñó el musicólogo y cantante colombiano Jorge López Palacio, cofundador del departamento de antropología de la Universidad Nacional de Colombia, quien me dijo : « Ese canto me lo trasmitió un gran amigo guahibo (Israel Matar) quien fue asesinado a orillas del Orinoco para robarle sus pescados. El canto « Jalecuma » habla de las huellas que el hombre deja cuando se aleja de su amada o de sus seres queridos… es un canto de nostalgia ».
Jalecuma, danza con canto de la tradición oral de los guahibos de la Cuenca del Orinoco colombiano. Lengua Sikuani. Es un ritual funerario donde al año del fallecimiento de una persona, se sacan los huesos, y luego de lavarlos y pintarlos de rojo con el achiote (óxido orellana), los introducen en una tinaja de barro para un segundo entierro y viaje a las estrellas. El Jalecuma lo bailan abrazados los hombres con las mujeres y los niños, formando un gran círculo para entrar en contacto con el mundo del cielo, al que también se llega con la muerte. Entre los guahibos existe una estrecha relación entre el baile del Jalecuma, la muerte, y el viaje al cielo de las almas de los muertos. Los dioses o héroes habitan en las estrellas, como Ibaruova, la estrella Vega, Ivinai, la constelación de las pléyades, o Kuemi, la Vía Láctea.
Los siguientes cantos nos llevan del Orinoco de la Mater Natura al universo de Tonantzin que en Nahutl - la lengua del Imperio Azteca - significa « nuestra madre », « nuestra venerable madrecita ». De Nepa Tepatzin relata la aparición de la Virgen al indígena Juan Diego, originario de Cuauhtitlan y a su tío, Juan Bernardino en el monte de Tepeyac que era el centro del culto a la diosa tierra por los habitantes del Valle de Mexico antes de la llegada de los españoles. Según la tradición católica, Juan Diego nació en 1474 en Cuauhtitlan, reino de Texcoco perteneciente a la etnia de los chichimecas. Su nombre indígena era Cuahtlatoatzin, que significa águila que habla o el que habla con el águila.
Continuaremos con una plegaria a la virgen Inilhuicac Cihuapille que es una de las dos plegarias en nahuatl que están en el Códice Valdez y que está construida sobre una línea de bajo ostinato de aquellas que, como la folia o la romanesca, servían de base a la improvisación de las danzas. Fueron atribuidas inicialmente a Hernando Franco, maestro de capilla de la catedral de Mexico, por Gabriel Saldivar en 1934. Él estudió un temprano manuscrito del siglo XVIII de la provincia de Guanajuato (Codice Saldivar). Robert Stevenson, otro gran estudioso, afirmó que el uso de la palabra don en el nombre del autor, señala que se trata de un compositor indígena. En el Códice se lee lo siguiente : ¨Hernán Don Franco¨. Stevenson afirmó que esta inscripción no significaba « Franco » sino que era la abreviatura común para el nombre « Francisco » y determinó que el autor de las plegarias en nahuatl del Códice Valdes no era el maestro de capilla Hernando Franco sino probablemente el indígena Hernán Francisco.
Ya en los cantos de Mexico comienza a escucharse el mestizaje musical por lo cual nos trasportamos al viejo mundo buscando la pieza Ay linda amiga, que está presidida por el bajo ostinato de Las Hachas. Nosotros sentimos en esta pieza una probable influencia del huayno andino. Esta canción, citada siempre como un tema del siglo XVI, no figura en ninguno de los cancioneros de aquella época. Se trata probablemente de una canción popular de Cantabria, norte de España. La primera edición fue hecha por la residencia de estudiantes de Madrid en 1942 y arreglada por Eduardo Martínez Torner quien vivió en esta residencia de 1916 a 1920.
Volvemos a Mexico con el villancico navideño de Juan García de Zéspedes (1619-1678) músico relacionado con la escuela de Puebla. Convidando está la noche, compuesta de Juguete y Guara-cha : pieza con el ritmo característico de aquella danza mexicana de la guaracha, muy a la moda en su tiempo. Este villancico pone en escena una fiesta carnavalesca con fuegos artificiales frente al niño Jesús recién nacido, danza de fuerza viva y alegre en la cual se manifiesta el mestizaje de tres elementos: la Península, África y América. Este mestizaje fue favorecido por la expansión marítima y colonial de los siglos XV y XVI, la cual enfrentó mundos hasta ahora separados por la mar tenebrosa a partir del 12 de octubre de 1492, fecha del descubrimiento de lo que se creía ser la India para los Europeos, tratándose en realidad del descubrimiento de un nuevo mundo, nuevos mundos, y de la llegada de los hombres del mar, del cielo, para los otros, los nativos de aquellas Indias.
De este trascendental acontecimiento nos quedará, a pesar del imperecedero recuerdo del estruendo de los cañones y del ruido metálico de las armas de los conquistadores y buscadores de oro, el murmullo de la música.
Las siguientes piezas nos trasportan a la catedral de Bogotá (nueva Granada). Son dos cantos a la Virgen. El primero, De una virgen Hermosa, precedido de la Bergamasca, es un villancico de navidad de Juan de Dios Torres, con letra de Lope de Vega (Pastores de Belén) del archivo musical de la Catedral. La segunda, Hoy nace una clara estrella, es otro villancico relatando el nacimiento de María, texto también de Lope de Vega con música de compositor anónimo Colombiano. En la primera pági-na se lee : « A San Joaquín y Ana con la misma música del Soberano peregrino ».
La segunda parte del programa lo constituye, en su mayoría, un repertorio de fines de siglo XVIII : el Códice Trujillo de Martínez Compañón (Perú, 1783 - 1785), obispo de la diócesis de Trujillo Baltazar. Jaime Martínez Compañón y Bujanda, originario de Villa Cabredo, Navarra, fue nombrado obispo por el papa Pio VI. Se sabe que Martínez Compañón sabía mucho de música. Enseñó canto gregoriano y canto llano en Piura, Lambayeque y Cajamarca. Nos legó veinte testimonios transcritos en partitura de expresiones musicales de las diferentes regiones del Perú. En 1786 escribió una carta al rey en la cual expresaba con entusiasmo su propósito de redactar una Historia General del Perú. Su trabajo fue interrumpido definitivamente, tal vez por desaprobación del carácter de su obra, por parte de las autoridades eclesiásticas y reales, y por castigo o recompensa fue nombrado arzobispo de Bogotá el 13 de septiembre de 1788, lo cual puso fin a su trabajo dejándolo inacabado… A pesar de todo quedaron nueve volúmenes, de los cuales el segundo contiene las ilustraciones y partituras de veinte piezas musicales.
Compañón escribe a un amigo en marzo de 1790 diciéndole: « No es decible cuánto siento perder el Perú después de haber consumido en él tanto calor natural y los días más floridos de mi vida…pero no tiene remedio ». Al dejar Trujillo definitivamente en junio de 1790, rumbo a Bogotá, Martínez Compañón llevaba consigo los nueve tomos de su proyectada Historia General.
El nuevo arzobispo llegó a Bogotá en marzo de 1791, donde gozó de aprecio y veneración. Contribuyó probablemente al enriquecimiento de la Biblioteca Musical de la Catedral de Bogo-tá, ciudad donde murió el 17 de agosto de 1797.
De las piezas del volumen 2 que se encuentra hoy día en la biblioteca del Palacio Real de Madrid, Música Prima ha seleccionado para el presente concierto seis de las anotadas desde el folio 176 al folio 193, testimonios del entorno musical del Perú Barroco. La primera, Bayle de danzantes, en forma de contradanza, es un baile de carácter abiertamente popular que pone en escena cuatro, ocho o más danzantes con espada en mano (de madera) que no deja de evocar el branle Les Bouffons descrito por Thoinot Arbeau en su Orchesographie. La segunda, la Tonada El Diamante, es una sentimental evocación del llanto y sufrimiento de los indígenas de la región de Chachapoyas. Sigue la Tonada El Huicho de Chachapoyas , interesante pieza, único vestigio de una antigua lengua desaparecida, con dos únicas frases de la canción por suerte traducidas al castellano : Y mapa crac hurpi : Yo te conocí y Cambas Huaganaipac : Duelete de mí. Es una danza de la región de Chachapoyas.
La Tonada El Palomo del pueblo, es una canción de amor y de insumisión que nos muestra el espíritu abierto de Martínez Compañón, lo que pudo serle contrario pues el hecho de darle im-portancia a temas de naturaleza profana, pudo no ser muy bien visto ni por el poder eclesiás-tico, ni por el mismo rey.
El caso de la Tonada El Tupamaro, confirma su gran interés por recoger todo tipo de expresiones del pueblo. Se trata de un canto que se refiere a los terribles hechos de la rebelión de 1781, cuyo líder era Don José Gabriel Condorcanqui, Tupac Amaru II y la Tonada es un ceremonial conmemorativo de su muerte.
La Tonada El Congo, es un canto del litoral y es una crítica a la esclavitud, donde se cita el palo de la jeringa que puede que se trate de la barra con la cual se flagelaba a los esclavos venidos de Angola y del Congo. La procedencia de los esclavos africanos dependía de la labor a realizar en el nuevo mundo, los yurubas para las labores mineras, y los bantú para las agrícolas. Este canto puede relacionarse con las danzas de la zona Bantú del Congo fusionada con, probablemente, el fandango o la jota española.
El programa llega a su término en la capital Colombiana con una Contradanza compuesta y dedicada al libertador Simón Bolívar después de su entrada triunfal en Bogotá en agosto de 1819 y nos da el gusto de aquellas músicas nuevas de la América emancipada. Esta danza, con el sugestivo título de Contradanza La libertadora, da paso a la última pieza del concierto, y para ello, retornamos a Mexico con la más antigua chacona conocida (1624) de Juan Arañés recogida en la Catedral de Oaxaca. Esta pieza por su música y texto da testimonio del mestizaje cultural. Es una de las danzas más a la moda en su época, que pone en escena desde el Amazonas con familiares de Orfeo, negros, gitanos y tal vez pícaros. Aparece mencionada en la novela La ilustre Fregona de Cervantes y también en una célebre copla de Lope de Vega, El Amante agradecido , (1602) : …¡ A la vida vidita bona, vida vámonos a chacona ! ¡ De las Indias a Sevilla ha venido por la posta !, ha venido por la posta ! …
Francisco Orozco y Tovar.
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